No suele ocurrir -sobre todo en las casas de ahora- que las
familias vayan sobradas de armarios empotrados en el hogar y decidan darle una
utilidad completamente diferente a ese hueco escondido en la pared. Por eso,
desde Armari Preu queremos enseñaros un ejemplo que nos han enseñado de cómo
podemos convertir un armario que tan solo era un trastero lleno de polvo en un
precioso rincón de lectura para los más
pequeños o, incluso, para los adultos. Nosotros decimos la función que queremos
darle al armario y nosotros lo redecoramos en consecuencia.
En este caso, era obvio que el armario no se estaba
aprovechando demasiado y que podía prescindirse de él. La reforma ha sido muy
básica, por lo que cualquiera puede seguir los pasos de la diseñadora, sobre
todo porque nos ha dejado amablemente las instrucciones de cómo proceder en su
blog. En cualquier caso, lo importante en primer lugar es vaciar todo el
armario -y ahí la tarea más tediosa de todas. Aprovecharemos, eso sí, para
hacer una limpieza y tirar todo aquello que no nos valga, bien a la basura,
bien lo vendamos o directamente lo regalemos.
Cuando hayamos conseguido tener el armario completamente
vacío nos pondremos manos a la obra en función de lo que queramos convertirlo.
Al final, la decoración y el mobiliario serán distintos según la nueva función
que le otorguemos al armario, pero aun así todavía podemos imitar los primeros
pasos de la diseñadora sea cual sea nuestra gran obra final. Por ejemplo:
desarmar el armario. Por ello entendemos la retirada de las puertas, del
perchero y de todos aquellos elementos que componen el interior del armario, de
forma que lo que acabemos encontrándonos delante sea un simple hueco vacío en
la pared sin nada de por medio.
Conseguido esto, lo siguiente ya consiste en empezar a
modificar algunas cosas: el suelo. Tendremos que valorar la opción de
enmoquetar al menos ese cachito de suelo de nuestro armario o bien buscar algún
tipo de solución (tal vez una alfombra) que haga más cómoda y agradable la
estancia en el armario.
Seguiremos con las paredes; aunque estén ya pintadas o sean
totalmente blancas necesitarán una nueva capa de pintura seguro. El color puede
ir a juego con el resto del dormitorio, sacar el lado más infantil del cuarto,
o buscar una total armonía que invite a la relajación y a la lectura. En este
caso, la diseñadora optó por papel pintado -mucho más cómodo y rápido- y decoró
el interior del armario con un color gris neutro pintado en bandas anchas
horizontales. Con ello consiguió que definitivamente lo poco que quedaba de
armario allí dentro acabara por esfumarse. Ahora se había convertido en una
minúscula habitación extra.
Suelo y paredes decorados, solo faltaba el mobiliario y aquí
es donde cada uno debe seleccionar qué es lo que más le conviene según lo que
haya decidido hacer con su armario. La idea de un rincón de lectura es muy
atractiva porque encaja perfectamente con las dimensiones del armario: así, no
echamos en falta más espacio ni más nada. Por lo que, si no vamos a seguir el
ejemplo de la diseñadora y queremos buscar nuestra propia originalidad, os
recomiendo pensar muy bien qué otra función es compatible con el tamaño de
vuestro armario.
Para el rincón de lectura como observáis en la fotografía, no
pueden faltar estanterías y por eso e aprovechó un lateral -el que estaba a la vista
entrando en la habitación- para colocar un serie de estanterías estrechas o
baldas para cuadros y ahí colocó los libros no a modo de estantería sino más
bien a modo de expositor, es decir con las carátulas de los libros hacia
adelante. Esta idea es genial porque no solo estamos almacenando los libros
sino que al mismo tiempo los estamos empleando como forma de decoración y el
colorido que le aportan al interior del armario le da todo el carácter infantil
que necesitaba esta nueva estancia.
Era obvio que la nueva salita tendría su propio punto de
iluminación así que encontramos también la instalación de una graciosa
lamparita colgada a baja altura para que los más peques puedan llegar hasta
ella sin problemas y, con esa única luz, observamos que es más que suficiente
para una grata lectura nocturna. El resto es solo una decoración extra para
hacer más acogedor este lugar; estoy hablando de ese conjunto de cuadros de
diferentes tamaños y formas que la diseñadora ha colgado en la pared frontal
formando una especie de puzzle, con imágenes, fotos familiares y mensajes
positivos.
¿Qué os ha parecido?
Fuente: Visual Meringue
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